Se acerca mi cumpleaños y decidí celebrarlo viendo películas y comiendo quequitos con mi novio.
Decidí hacer mis favoritos, quequitos de chocolate, pero quise intentar algo nuevo porque era un momento de celebración: betún de ganache de chocolate.
Aún tenía crema en mi refri, pero tuve que ir a comprar chocolate amargo. Herví la crema, puse el chocolate amargo en un plato hondo y lo mezclé con la crema hervida.
Decidí hacer mis favoritos, quequitos de chocolate, pero quise intentar algo nuevo porque era un momento de celebración: betún de ganache de chocolate.
Aún tenía crema en mi refri, pero tuve que ir a comprar chocolate amargo. Herví la crema, puse el chocolate amargo en un plato hondo y lo mezclé con la crema hervida.
Chocolate amargo cortado en un plato hondo.
Tuve que conseguir un plato más grande para mezclar.
Mientras el ganache de chocolate se enfriaba, hice mis quequitos de chocolate favoritos. Hice dos mezclas en una, y aparentemente le puse mucho polvo para hornear porque se inflaron mucho!
Horneándose e inflándose.
Después de una larga espera los saqué de los moldes y los dejé enfriar, para después ponerles el betún de ganache de chocolate.
Sip, le falta la parte de arriba a un quequito, se le cayó.
Cuando terminé de decorarlos me acordé que quería rellenarlos de mermelada de fresa, oops...
La agregué con una punta delgada y una duya.
Después derretí chocolate blanco para las decoraciones. Resulta que no sirvo para derretir el chocolate, y salió terrible y no derretido para nada. Así que terminé haciendo círculos de chocolate con mis manos.
Maldito seas, chocolate blanco!!
Como ha estado haciendo mucho calor, tuve que esperar hasta la mañana siguiente para agregar las fresas.
Aquí se puede ver el chocolate blanco.
Fue muuuy difícil no comérmelas ahí.
Hice dos docenas! Una para mi novio y una para mí.
Delicioso.
Uno de los quequitos para mi familia.
Por último, les mostraré mi cicatriz de guerra...me quemé mientras trataba de sacar una charola del horno.
Yup.