Algo que me gusta de México es que no sólo celebramos el amor en su expresión romántica, sino que también aprovechamos el 14 de febrero para celebrar amistades. Eso quiere decir que es muy probable que recibas un regalo de un amigo, familiar o de tu pareja...además de ser una excusa perfecta para hacer y regalar quequitos.
Esta es la primera ocasión en que horneo quequitos de San Valentín, sintiéndome inspirada por las ventas que hace Carola. Ella ya promocionó sus quequitos, pasteles, brownies y galletas a todos nuestros amigos, por lo que yo haré una venta para mis familiares. En esta ocasión, fue mi tía quien me ordenó dos docenas de quequitos.
Hice de dos sabores: chocolate y vainilla francesa. Para la docena de chocolate, utilicé betún de vainilla con colorante vegetal rosa.
Les agregué chispitas de corazones y utilicé capacitos decorados con corazones, pero no contaba que el color obscuro del chocolate no me permitiría verlos, por lo que se aprecian mejor con los quequitos de vainilla. La docena terminada se veía así:
Y ahora, los de vainilla. De estos hice dos docenas, pues también pienso regalar algunos a mis amigos en la universidad. Como la mezcla de la vainilla es clara, también le puse colorante rosa para que el pan tuviera ese color. El betún era de cream cheese, también con colorante vegetal rosa.
¡Felíz día de San Valentín!
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